Llevo un par de años (muchísimos pares) esperando
a que una tormenta nos lleve
Destroce la casa que nos cobijó,
nos alimentó,
nos vio crecer, caer,
que nos destruyó una y otra vez
Esperando a que esa montaña que nos observa maciza
nos acompañe por siempre
A que los buenos nombres cobren su sentido
Y si no pasa lo haré yo
tomaré mis pinceles y los haré balas
tomaré mis pinturas y las haré sangre y fuego
tomaré tus manos y las haré hachas
tomaré mis cabellos y los haré almas
para que habiten la casa y la ciudad 
Y la tormenta nos hará libres.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Almas? Almas en pena subterrados a la orilla de un río turbio (¿?)

dani dijo...

aah, quise poner NOMBRE, pero apreté mal el botóncito.

Daiela del Valle

Alvaro dijo...

Lo amé, bello, bello. Sonrisas :)